Mi tendencia a la cientificidad (1) en los contenidos que subo puede desalentar a algunas personas a continuar con la lectura. Como mi objetivo es intentar difundir los principios de una nutrición personalizada y no circunscribirla a otros profesionales biosanitarios, he optado por un contenido en formato historia, con el fin de entretener al lector y si encima puedo lograr que en su rostro se dibuje un amago de sonrisa, habré logrado al menos uno de mis objetivos.
No se si os acordáis de Mengano y Fulano, a quienes recurrí a modo de ilustración para explicar el contenido ¿Es la báscula pesapersonas un instrumento válido para estimar la composición corporal? Una reflexión sobre el peso y la composición corporal.” En esta ocasión también me serviré de ellos con fines didácticos. Recordad que ambos pesan 90 Kg y miden 1,76m. Sin embargo sus fenotipos son muy diferentes:
-Mengano tiene un 38,5% (es clínicamente obeso) y Fulano un 9,5% de Masa Grasa (tiene en fenotipo de un fisicoculturista amateur). Hoy también conoceréis a Rocío, amiga del alma de Mengano.
Me estoy acordando de la canción “Cuéntame un cuento y verás que contento” de Celtas Cortos”. Aunque lo que voy a contar no es un cuento, sino la REALIDAD. Para evitar un contenido de larga extensión iré exponiendo distintos contextos con los que la persona puede encontrarse, uno por contenido. Si en alguna ocasión has seguido una estrategia para bajar de peso, seguramente te sientas identificado con alguna de las situaciones de Mengano.
Contexto 2: Dieta ad libitum+cocktail de sustancias con efectos anorexigénicos y termogénico.
Ha transcurrido un mes y Mengano no se da por vencido. Fulano le habla de un “nutricionista” que trata la obesidad con éxito desde hace años y Mengano que aun alberga cierto ápice de confianza en su amigo acude al mismo. El “nutricionista”, sin indagar en las estrategias de pérdida de peso directamente, le prescribe una fórmula magistral y le indica que puede comer ad libitum (a discreción, a voluntad, sin límite).
Mengano no da crédito (va a comer de todo y encima bajar de peso) y se lo consulta a su amigo del alma, Fulano, un apasionado de la farmacología y nutrición a nivel de usuario, que rápidamente identifica varios fármacos con acción simpaticomimética (aquellos que estimulan la activación del Sistema Nervioso Simpático –SNS-, que es aquel que nos prepara para las situaciones de lucha o huida) con acciones anorexígenas (inhibidoras de la ingesta) y termogénicas (evitan que el exceso de energía ingerida se convierta en grasa en caso de un superavit calórico, fomentando la disipación de energía en forma de calor). Entre los ingredientes identifica un extracto tiroideo.
Mengano comienza a tomar el cocktail de sustancias y descubre atónito que baja de peso, comiendo indiscriminadamente. Sin embargo al cabo de una semana lo síntomas incipientes que había percibido y que atribuye al consumo del susodicho cocktail (taquicardia, sudores fríos, insomnio…) se agravan hasta el extremo que suspende la toma de los mismo (2).
Al cabo de un mes observa que ha recuperado el peso perdido. Su diálogo interno dice“Otro intento mas sin fortuna”.
Bibliografía.
1. Melogno P. La cientificidad de las ciencias de la información: fundamentación filosófica o resolución de problemas. Invest Bibliotecol 2012; 56(26): 13-29.
2. Bartalena L, Bogazzi F, Martino E. Adverse effects of thyroid hormona preparations and antithyroid drugs. Drug Saf. 1996;15(1):53-63.