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Breve descripción del protocolo

Otros de los aspectos clave en la práctica del dietista-nutricionista es la estimación de los distintos componentes que integran el GET (Gasto Energético Total), siendo éste una de las variables clave para la personalización de la dieta.

El cuerpo humano obtiene la energía necesaria para preservar sus funciones orgánicas a partir de la oxidación de los macronutrientes de los alimentos (hidratos de carbono, proteínas y grasas) y alcohol. (1,2)

Se puede concebir el gasto energético como un proceso orientado a la producción de energía a partir de la combustión de los sustratos energéticos (macronutrientes y alcohol), que conlleva un consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono. Parte de la energía generada se disipa en forma de calor y la restante se almacena en los enlaces de la molécula de ATP (la "moneda" energética del organismo). (1,2,9)

El balance entre la ingesta (calorías consumidas) y el gasto energético (calorías gastadas) determinan las reservas energéticas corporales. La mayor parte de la energía se almacena en forma de grasa. Por tanto el balance energético es el principal determinante de la ganancia, pérdida o mantenimiento del peso. (1,2,9)

 

En condiciones fisiológicas normales la grasa es el único nutriente capaz de inducir un disbalance energético crónico y por tanto contribuir al incremento de tejido adiposo y por ende de peso. Esto es debido a que el organismo presenta una capacidad limitada para almacenar carbohidratos (los niveles de glucógeno, un reservorio de glucosa, son un 0,01% inferiores a los de grasa para un sujeto de 70 Kg y un 20% de MG) , la conversión de un exceso de proteina o glucosa en grasa solo ocurre en condiciones extremas (ingesta masiva de HC) y la oxidación de los HC y proteína aumenta para equiparar la sobreingesta de ambos, como medida compensadora. (1,2,9)

El GET es la energía requerida por el organismo diariamente y resulta del sumatorio de 3 componentes: el gasto energético basal, la actividad física y la termogénesis inducida por la dieta. (1,2,9)

 

El método de referencia para estimar el gasto energético es el agua doblemente marcada. (2)

El principio fisiológico sobre el que se erige es que los átomos de oxigeno presentes en el pool de agua corporal y de bicarbonato se hallan en equilibrio, descubrimiento que data de 1949.

Se administra a los participantes una dosis de agua a la que se han incorporado previamente una cantidad conocida de isótopos no radiactivos 2H2O18: 2H (deuterio) y O18   (5% 2 y 10% de O18  en 125 ml agua). (2)

Su coste relativamente caro y metodología compleja (requiere personal cualificado entrenado y que el participante recoja tomas periódicas de orina) lo descartan como metodología en la práctica clínica. (2)

 

Existen otros métodos para estimar el GET orientados a la detección de movimiento como sensores de movimiento (podómetros y acelerómetros) o equipos combinados de frecuencia cardiaca y sensores de movimiento. (3,4)

Cada uno de esos métodos presenta ventajas y desventajas que deben ser contempladas a priori según el diseño del estudio: número de participantes, tiempo de estudio,  financiación... (1,2,3,4,9)

1-MB (Metabolismo Basal), TMB (Tasa Metabólica Basal) o GEB (Gasto Energético Basal): (1,2,5,6,7)

Principal componente del GET, representando en una persona sedentaria el 60-70% de aquel.

Gasto energético mínimo de un sujeto en reposo psicofísico total, equivalente al de una persona que permaneciese dormida 24 horas, en decúbito supino, en ayunas de 10-12 horas y en condiciones ambientales neutras (luz, temperatura, ruido...) y que se invierte en las funciones metabólicas fundamentales tales como actividad respiratoria, cardiaca, termorregulación, metabolismo energético celular (transporte iónico, síntesis proteica, almacenamiento glucógeno...).

En la práctica dado que es inviable su medición por las exigentes condiciones preliminares de medida, se utiliza el concepto de TMR (Tasa Metabólica en Reposo) o GER (Gasto Energético en Reposo)

TMR o GER:

Gasto energético mínimo de un sujeto sano en completo reposo, sin observar un ayuno estricto de varias horas. Por tanto sería el resultado del sumatorio del GEB y la energía que resulta del estado de vigilia y el efecto retardado de la termogénesis inducida por la dieta.

Los principales factores determinantes son la edad, sexo, etnia, composición corporal, genotipo, actividad del sistema nervioso simpático, enfermedad, nivel fitness, infección, etc.

Es la medida más utilizada en los estudio en el ámbito de la nutrición y en la práctica clínica (a partir de ecuaciones de predicción).

El método gold estándar para estimar el MB es la calorimetría indirecta. Se mide en condiciones basales: ayuno, tumbado tranquilamente en una habitación con neutralidad térmica, en ausencia de actividad física el día previo, y estrés psicológico la víspera. Dado que la medición del MB por calorimetría indirecta requiere unas condiciones ideales muy exigentes su estimación se restringe al ámbito de la investigación y en la práctica clínica se recurre a ecuaciones de predicción.

Se fundamenta en la medida del consumo de O2 y la producción de CO2.

El MB y la TMB difieren en menos de un 10%, pudiendo utilizarse de forma intercambiable.

La evidencia científica no ha confirmado aun la existencia de una correlación negativa entre un mayor porcentaje de grasa y menor MB.

 

2-Termogénesis inducida por la actividad física  

Energía invertida en el desarrollo de la actividad, ejercicio físico y deporte. Depende de múltiples factores: tipo, duración, intensidad del ejercicio, temperatura ambiental...Incluye tanto la actividad física de la vida diaria, la no deliberada (NEAT: Non Activity Thermogénesis) y la programada. Representa entre un 10% en una persona sedentaria hasta un 50% del GET en una persona físicamente muy activa. (8,9)

 

3-Termogénesis inducida por la dieta o acción dinámico-específica de los alimentos.

Energía que conllevan los procesos de digestión, absorción, metabolización y excreción de nutrientes. Oscila entre un 5-25% del GET., siendo mayor para el caso de las proteínas y menor para el de las grasas. (10,11)

Bibliografía

1. Pinheiro Volp ACEsteves de Oliveira FCDuarte Moreira Alves REsteves EABressan J. Energy expenditure: components and evaluation methods. Nutr Hosp. 2011 May-Jun;26(3):430-40.

2. Ainslie P, Reilly T, Westerterp K. Estimating human energy expenditure: a review of techniques with particular reference to doubly labelled water. Sports Med. 2003;33(9):683-98.

3. Garatachea NTorres Luque GGonzález Gallego J. Physical activity and energy expenditure measurements using accelerometers in older adults. Nutr Hosp. 2010 Mar-Apr;25(2):224-30.

4. Plasqui G, Westerterp KR: Physical activity assessment with accelerometers: an evaluation against doubly labeled water. Obesity (Silver Spring) 2007, 15:2371-2379.

5. Milla PM, Diez Poch M, Raurich Puigdevall JM. Calorimetría: aplicaciones  y manejo. Nutr Clin Med.2008: 155-66.

6. Battezzati AViganò R. Indirect calorimetry and nutritional problems in clinical practice. Acta Diabetol. 2001;38(1):1-5.

7. Perseghin G. Pathogenesis of obesity and diabetes mellitus: insights provided by indirect calorimetry in humans. Acta Diabetol. 2001;38(1):7-21

8. Colbert LH, Matthews CE, Havighurst TC, Kim K, Schoeller DA. Comparative validity of physical activity measures in older adults. Med Sci Sports Exerc. 2011 May;43(5):867-76.

9. Lagerros YT, Lagiou P. Assessment of physical activity and energy expenditure in epidemiological research of chronic diseases. Eur J Epidemiol. 2007;22(6):353-62.

10. Granata GP, Brandon LJ. The thermic effect of food and obesity: discrepant results and methodological variations. Nutr Rev. 2002 Aug;60(8):223-33.

11. Westerterp KR. Diet induced thermogenesis. Nutrition & Metabolism 2004, 1:5