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Evaluación crÃtica sobre las supuestas bondades del aceite de coco virgen sobre la salud, particularmente sobre la enfermedad cardiovascular.
Introducción
El aceite de coco se emplea en la Industria Alimentaria en formato refinado, blanqueado y desodorizado en la elaboración de dulces, pastelería y repostería.
Hasta hace unos años el aceite de coco gozaba de una mala reputación debido a su riqueza en AGS (Acidos Grasos Saturados) (como la mantequilla, sebo alimentario, aceite de palma…) que se asocia positivamente con la formación de la placa de ateroma y el riesgo de ECV.
Curiosamente en los últimos años el aceite de coco virgen ha copado la atención mediática por sus supuestas bondades sobre la salud atribuidas por algunas webs y publicidad de casas comercialices a su riqueza en TCM (Triglicéridos de Cadena Media), a pesar de ser rico en AGS.
Eyres L et al realizaron una revisión narrativa sobre estudios que evaluaron el efecto del consumo de aceite de coco sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular. Analizaron 21 estudios que verificaban los criterios de inclusión establecidos a priori, de los cuales 13 eran estudios observacionales y 8 de intervención (1).
Este ensayo se basa fundamentalmente en dicha revisión narrativa.
Se enumeran primeramente las conclusiones, con objeto de que aquellas personas que no estén interesadas en información más exhaustiva y detallada (que figura más adelante) accedan rápidamente a la respuesta.
Conclusiones
1-El aceite de coco virgen presenta el mismo valor calórico que cualquier aceite (oliva, girasol, lino…). Por tanto su ingesta indiscriminada puede contribuir a promover una dieta hipercalórica y por tanto a la ganancia de peso a largo plazo.
2-Habitualmente el aceite de coco virgen se comercializa bajo la denominación “aceite de oliva virgen”. Sin embargo en la etiqueta de algunos productos figura “aceite de coco virgen extra”. Paradójicamente no existe un método diferente de extracción del aceite de coco que permita tipificarlo con el estatus de “virgen extra”. Por tanto aquellos en los que figura “aceite de coco virgen extra” realmente son organoléoptica y nutricionalmente análogos a los aceites en los que figura “aceite de coco virgen”. (2)
3-Las webs y propaganda de casas comerciales atribuyen las bondades del aceite de coco sobre la salud a (1):
-La presencia de TCM (Triglicéridos de Cadena Media). Sin embargo el principal ácido graso saturado del aceite de coco es el ácido láurico, un ácido graso que en virtud de sus efectos digestivos y metabólicos se comporta como un AGCL (Acido Graso de Cadena Larga) (1,3). Por tanto resulta impreciso considerar el aceite de coco virgen como una fuente de TCM (1).
-Los estudios que han encontrado un efecto beneficioso de los TCM son ricos en ácido cáprico y caprílico. Por tanto los resultados de dichos estudios no son extrapolables al aceite de coco (1).
-Su efecto protector frente a las enfermedades cardiovasculares. Estos se basan en los resultados de estudios epidemiológicos realizados en poblaciones del Océano Pacífico (Islas Puka Puka, Tokelau…). Sin embargo esos datos no son estrapolables a poblaciones occidentales como la española debido a (1):
4-El efecto del aceite de coco virgen sobre el colesterol total y LDL-c parece consistente y uniforme entre los estudios: aumenta los niveles de colesterol total y LDL-c (“colesterol malo”) pero de forma menos acusada que la mantequilla (1). Por tanto si tienes el colesterol elevado no es la opción más idónea. Sólo evitarías que los niveles de colesterol total y LDL-c aumentarán un poco menos si reemplazas la mantequilla por aceite de coco virgen.
5-El efecto del aceite de coco virgen sobre el HDL-c (“colesterol bueno”), ratio colesterol total/HDL-c, ratio LDL-c/HDL-c no puede inferirse a partir de los estudios disponibles debido al pequeño número de estudios y los resultados contradictorios. Por este motivo no se puede predecir el efecto del aceite de coco sobre el riesgo de ECV (1).
6-El aceite de coco virgen no representa ninguna ventaja metabólica frente al aceite de palma. Es decir su comportamiento metabólico, particularmente sobre la lipemia es muy semejante (1).
7-Las recomendaciones sobre el aceite de coco, en tanto que grasa saturada, no difieren de las aplicables al resto de grasas saturadas Esto es congruente con los posicionamientos científicos de la American Heart Association, las Guías Dietéticas Americanas de la USDA (US Department of Agriculture’s Dietary Guidelines for Americans, 2010) que establecen que el coco no es preferible a otras fuentes de grasa saturada (1).
8-Reemplazar un aceite rico en ácidos grasos saturados (caso del aceite de coco) por otros aceites vegetales vírgenes como el aceite de oliva, de sésamo, soja, cártamo… conlleva un efecto beneficioso sobre los niveles de colesterol.
9-El aceite de coco no se recomienda para frituras prolongadas debido a su bajo punto de humo. Si se sobrecalienta pueden formarse sustancias procancerígenas.
10-El aceite de oliva virgen:
1-Es el alimento más icónico del Patrón de Dieta Mediterráneo, caracterizada por su papel protector frente a enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad, DMTII, Enfermedades Cardiovasculares.... Uno de sus mecanismos de acción sobre la protección de la ECV es el aumento del HDL-c (“colesterol bueno”), teniendo un efecto neutral sobre el colesterol total y LDL-c. Por consiguiente el aceite de oliva constituye una opción más saludable que el aceite de coco virgen (4).
2-Presenta un punto de humo más elevado que el aceite de coco virgen lo que lo convierte en una opción más idónea para realizar frituras sucesivas.
11-Un balance coste económico/beneficio sobre la salud resulta más favorable para el aceite de oliva que el de coco virgen.
12-Cuidado con el marketing alimentario. Existen fuertes intereses económicos para comercializar alimentos:
-Que no forman parte de nuestro patrimonio gastronómico.
-Presentan supuestas bondades sobre la salud fundamentadas en medias verdades, caso del aceite de coco virgen.
13-No se puede establecer una conclusión firme y definitiva sobre el efecto del aceite de coco sobre la salud (1). Esto es debido a que:
Eyres L et al realizaron una revisión narrativa de estudios que evaluaron la asociación entre el consumo de aceite de coco virgen y el riesgo de enfermedad cardiovascular y concluyeron (1):
-La mayoría de los estudios presentaban ciertas deficiencias metodológicas: tamaños muestrales pequeños, falta de grupo control, distintos objetivos, diferencias en el tipo de estudio (cruzado…), tipo de grasa dietética administrada (coco versus mantequilla/cártamo/palma/maíz/aceite de oliva/soja/sésamo/carne de res), distribución de macronutrientes (aunque en general el % grasa respecto del VCT representaba entre 30-38%), proporción de la grasa administrada (entre 46-70%)…, métodos de estimación de la ingesta… proclives a incurrir en sesgos. Por este motivo los resultados deben interpretarse con cautela, no pudiendo extraerse conclusiones firmes y definitivas.
-Se precisan más estudios en seres humanos tanto observacionales como de intervención, mejor diseñados, con un protocolo estandarizado para favorecer la comparación de resultados.
14-Se requieren más estudios de investigación básica (en modelos celulares y animales) orientados a dilucidar el efecto del consumo de aceite de coco virgen sobre el metabolismo lipídico y otros factores de riesgode enfermedad cardiovascular.
15-La respuesta de la lipemia (colesterol, LDL-c…) depende de otros factores: la interacción de factores genéticos, el patrón alimentario, la actividad física…siendo complejo poder llegar a atribuir a un único alimento (en este caso el aceite de coco virgen) un determinado efecto sobre aquella.
16-Otros grupos de investigación han abordado el mismo tema pero llegan a conclusiones opuestas a las de Eyres L et al. En el caso de:
Babu AS et al (2) se debe a que el artículo se publicó en una revista de egresados de Medicina (Postgrad Med) de bajo impacto y no realizaron una revisión ni sistemática ni narrativa de la literatura sino que seleccionaron estudios aislados con deficiencias metodológicas severas.
Inayat A et al (5) en una carta a un lector llegan a conclusiones semejantes a las de Babu et al, pero incurre en imprecisiones (…“el aceite de coco es rico en ácido láurico, un TCM”…), y realiza extrapolaciones de conclusiones observadas en población de las Islas del Pacífico a población occidental, siendo sus patrones de alimentación completamente diferentes (…“la hiperlipemia y las enfermedades cardiovasculares no son frecuentes en poblaciones que consumen aceite de coco.”…).
17-El aceite de coco virgen puede estar adulterado con grasas de origen animal y aceite de coco refinado.
El aceite de coco virgen presenta una serie de ventajas frente a su homólogo refinado (utilizado a nivel industrial) debido a que preserva componentes volátiles y funcionales como la vitamina E, β-carontenos y polifenoles. Sin embargo como contraprestación presenta un previo elevado.
Xu B et al en un estudio sobre técnicas analíticas para la detección de la adulteración de aceite de coco virgen con grasas animales dicen literalmente “…Por tanto el aceite de coco virgen se ha convertido en objetivo de adulteración con aceites y grasas más baratos. En China anualmente se generan muchos subproductos como residuos de tejido adiposo, tejido conectivo reticular y piel desprovista de valor comercial, resultantes de la actividad realizada en los mataderos. Todos estos residuos son adquiridos a precio muy bajo por mercaderes sin escrúpulos. Posteriormente se derrite, refina y se incorpora de forma fraudulenta en aceite de coco, cacahuete...” (7). El aceite de coco también se adultera con aceite de coco refinado apto para el consumo, debido a la similitud de ambos a nivel de transparencia, cremosidad, color blanquecino y estado sólido a temperatura ambiental (modificado de 7).
18-Se debe tener en cuenta que estas conclusiones no son extrapolables a:
-Otros productos derivados del coco: copra, núcleo crudo, ponche de coco, cáscara del coco… sino única y exclusivamente al aceite de coco.
-Otros supuestos efectos sobre la salud: hipoglucémico, antioxidante, hepatoprotector, inmunoestimulante, antibacteriano, antifúngico, antiviral, antiparasitario… sino única y exclusivamente el cardioprotector.
Bibliografía
1-Eyres L, Eyres MF, Chisholm A, Brown RC. Coconut oil consumption and cardiovascular risk factors in humans. Nutr Rev. 2016 Apr;74(4):267-80.
2-Babu AS, Veluswamy SK, Arena R, Guazzi M, Lavie CJ. Virgin coconut oil and its potential cardioprotective effects. Postgrad Med. 2014;126(7):76-83.
3. Aoyama T, Nosaka N, Kasai M. Research on the nutritional characteristics of medium chain fatty acids. J Med Invest. 2007;54(3-4):385-8.
4. Hernáez A, Farràs M, Fitó M. Olive oil phenolic compounds and high-density lipoprotein function. Curr Opin Lipidol. 2016;27(1):47-53.
5. Inayat A, Baig SA, Baqai T. Does coconut oil reduce the risk of coronary artery diseases? J Pak Med Assoc. 2013;63(6):797.
6. DebMandal M, Mandal S. Coconut (Cocos nucifera L.: Arecaceae): in health promotion and disease prevention. Asian Pac J Trop Med. 2011;4(3):241-7.
7. Xu B, Li P, Ma F, Wang X, Matthäus B, Chen R, et al. Detection of virgin coconut oil adulteration with animal fats using quantitative cholesterol by GC × GC-TOF/MS analysis. Food Chem. 2015 ;178:128-35.