Quizás al leer este contenido sea la primera vez que lees el acrónimo ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) en cuyo caso puede que creas que no tengas conocimiento de dicha enfermedad. Sin embargo muy probablemente si te mencione a Stephen Hawking, el conocido físico teórico recientemente fallecido (14-03-2018), puedas reconocer y captar rápidamente la dimensión discapacitante de esta enfermedad.
La ELA es una de las denominadas “enfermedades raras”. Se define como una enfermedad neurodegenerativa que afecta a la estructura y función de las motoneuronas que deviene en una parálisis progresiva rápida, de mal pronóstico y baja esperanza de vida. En la actualidad no se conoce un tratamiento eficaz para la misma. Por tanto lo único que podemos hacer es adoptar medidas de prevención primaria (antes de que se haya manifestado la enfermedad).
La ELA es una enfermedad compleja que resulta de una interacción entre factores genéticos, medioambientales y de estilo de vida.
Wang MD et al realizaron una revisión sistemática y meta-análisis sobre los factores de riesgo asociados con el debut y progresión de la ELA e identificaron los siguientes (1):
1-Mutaciones genéticas.
2-Exposición previa a metales pesados como plomo y mercurio.
3-Exposición previa a compuestos orgánicos como pesticidas y solventes.
4-Descarga eléctrica.
5-Trauma o lesíón física (incluidos aquellos recibidos en la cabeza).
6-Tabaquismo, especialmente en el varón.
7-Participación en deportes profesionales.
8-Bajo IMC, indicativo de bajo peso.
9-Bajo nivel de instrucción académica.
10-Trabajos que requieren un esfuerzo extenuante y repetitivo.
11-Servicio militar.
12-Exposición a neurotoxinas de las semillas cicadas como la cianotoxina: b-N-metil-amino-L-alanina y cianotoxinas.
Otros posibles factores de riesgo con menor evidencia científica son:
1-Deficiencia de vitamina D.
2-Comorbilidades.
3-Etnia.
4-Falta de apoyo social.
Los autores abordan hasta que punto dicha asociación puede estar más o menor próxima a la causalidad.
Con la salvedad de la etnia y los factores genéticos, que no son modificables, podemos actuar sobre el resto. Si se observa detenidamente muchos de estos factores de riesgo tienen implicaciones relacionas con la nutrición y el estilo de vida.
Se pueden concretar en las siguientes medidas:
1-Reducir el consumo de alimentos ricos en mercurio como atún, bonito (tanto fresco como en conserva), pez espada y tintorera.
2-Lavar las frutas y verduras con agua y unas gotas de lejía o un producto comercial con una formulación semejante.
3-Presentar un % de masa grasa dentro de los valores de normalidad, evitando particularmente un bajo %MG.
4-Exponerse al sol sin protección durante 15 minutos tanto en Invierno como en Verano (en este caso en una franja horaria en la que el sol no se halle en su punto álgido) y consumir alimentos ricos en vitamina D (pescados azules y productos enriquecidos).
5-Practicar actividad física de forma regular y moderada. No realizar una actividad física extenuante y repetitiva.
6-Enriquecer la vida social.
Bibliografía
1. Wang MD, Little J, Gomes J, Cashman NR, Krewski D. Identification of risk factors associated with onset and progression of amyotrophic lateral sclerosis using systematic review and meta-analysis. Neurotoxicology. 2017;61:101-30.